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Dios le dijo a Jonás que fuera a la ciudad de Nínive, pero Jonás no quiso ir. Los israelitas eran enemigos de los asirios que vivían en Nínive.
Así que Jonás huyó de Dios. Quería llegar lo más lejos posible, así que se embarcó hacia Tarsis. Dios se enojó y creó una tormenta que casi destruía el barco en el que viajaba Jonás. La tripulación suplicó a sus dioses que los salvaran, y arrojaron su carga por la borda, tratando de salvar el barco. Los marineros rogaron a Jonás que orara a su Dios, pero Jonás sabía que la oración no sería suficiente porque sabía que Dios estaba enojado porque no había ido a Nínive.
Jonás les dijo a los marineros que lo tiraran por la borda. Al hacerlo, inmediatamente el mar se calmó. Pero Dios envió un enorme pez para que se tragara a Jonás y éste vivió dentro del pez durante tres días y tres noches. Jonás clamó a Dios por ayuda y Dios escuchó sus súplicas. El pez gigante lo escupió en tierra firme.
De nuevo, Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive. Esta vez, Jonás le hizo caso. Ya en Nínive recorrió la ciudad anunciando la profecía que Dios le había dado: "Nínive será destruida en cuarenta días". El rey de Nínive creyó a Jonás y pidió a su pueblo que se arrepintiera ante Dios. Dios escuchó sus gritos y no destruyó Nínive.
¿Por qué le dijo Dios a Jonás que fuera a Nínive?
¿Adónde fue Jonás en vez de ir a Nínive?
¿Qué hizo Dios cuando Jonás no quiso ir a Nínive?
¿Qué hizo Jonás en Nínive?
Si tú fueras Jonás, ¿habrías temido ir a Nínive? ¿Hubieras huido de Dios?
Jonás vivió durante el reinado de Jeroboam II, rey de Israel (2ª. Reyes 14:25). Durante este tiempo, la nación de Israel era próspera y estaba creciendo. Nínive era una gran ciudad de Asiria. Más tarde, Asiria conquista Israel, destruyendo la nación.
La Biblia dice que Jonás fue tragado por un enorme pez, pero luego fue llevado a tierra seca. Muchas culturas creían en grandes monstruos marinos que representaban a sus dioses. Los marineros sabían que sólo el único Dios verdadero podía calmar las aguas y enviar al pez que se tragó a Jonás.
En Éxodo 34:6 Dios declara que es un Dios “misericordioso y piadoso, lento para la ira, grande en misericordia y verdad". Este incidente mostró el carácter inmutable de Dios.
El libro de Jonás nos recuerda que Dios quiere que todos se arrepientan y crean en el único Dios verdadero que es "misericordioso y piadoso, lento para la ira, grande en misericordia y verdad”.