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Jesús pasaba por el patio del templo y se fijó en la gran cantidad de hombres de negocios que se aprovechaban de la multitud que se reunía allí para adorar. Estafaban a los clientes y extorsionaban a los pobres. Enojado por lo que veía, Jesús volcó las mesas de los cambistas y derribó los mostradores de mercancías.
Después de reprender estas prácticas, Jesús también se enfrentó a los sacerdotes del templo, haciéndoles saber que el aceptar a estos "ladrones" en el templo era un error y que no debían de hacerlo.
Un hombre de negocios se sintió convencido por la respuesta de Jesús y tomó la decisión de dejar de estafar a sus clientes. El resultado es que su negocio empezó a prosperar y su testimonio reveló cómo Jesús había cambiado su vida aquel día tan lejano.
1. ¿Cómo crees que se sintieron los hombres de negocios cuando Jesús volcó sus mesas y les llamó cueva de ladrones?
2. Para los que venían de lejos, comprar animales para sacrificar en el templo era un ritual importante. ¿Cómo crees que se sintieron ante las críticas de Jesús a los cambistas y ladrones?
Este relato es una combinación de Marcos 11:12-19 y Mateo 21:12-16.
El uso que hace Mateo de tres Escrituras del Antiguo Testamento (incluidas en este relato) enfatiza el cumplimiento de Jesús de la profecía mesiánica.
La versión de Juan de Jesús limpiando el templo (Juan 2:12-25) no se utiliza en esta historia. Obsérvese también que Juan sitúa esta historia al principio de su evangelio en lugar de al final, como Mateo y Marcos.